A día de hoy las empresas continúan buscando soluciones sostenibles y económicamente viables. Un buen ejemplo es esta instalación de autoconsumo fotovoltaico en una nave industrial.
Se trata de una empresa dedicada al sector de embalajes con altos costes energéticos y que desea reducir sus costes en electricidad desde el primer momento. Algo que se consigue con la instalación de 60 módulos solares con capacidad para generar hasta 27,6 kWh. De este modo podrá generar y utilizar su propia energía solar, reduciendo la dependencia de fuentes tradicionales y recortando significativamente los costos eléctricos.
60 Módulos Solares: Potencia Significativa
La instalación cuenta con 60 módulos solares estratégicamente ubicados para maximizar la captura de energía solar. Con una capacidad de generación de hasta 27,6 kWh, esta mini planta fotovoltaica no solo garantiza la autosuficiencia energética de la nave industrial, sino que contribuye a la reducción de la huella de carbono y abriendo la puerta a un futuro más eficiente y ecológico.
Dada la considerable capacidad de producción de energía y la naturaleza del negocio, la instalación se ha diseñado para funcionar con un inversor trifásico. Consiguiendo optimizar la eficiencia y la distribución de la energía generada, asegurando un rendimiento consistente y fiable.
Protección Integral contra Sobretensiones
La obra incluye dos cuadros de protecciones que desempeñan un papel crucial en la seguridad y la eficiencia del sistema.
El primero, destinado a la corriente continua, incluye seccionados para prevenir posibles sobretensiones en el lado de la generación solar.
El segundo cuadro, enfocado en la corriente alterna, incorpora protección magnetotérmica, garantizando una gestión segura y eficaz de la energía producida, desde la generación hasta su uso en los procesos industriales.
Un Futuro Sostenible y Rentable
Al generar su propia energía solar, esta empresa no solo reduce su factura eléctrica, sino que también contribuye activamente a la sostenibilidad ambiental.
Este enfoque no solo asegura la independencia energética, sino que también establece un estándar para el sector industrial, adelantándose a posibles legislaciones futuras en la adopción de tecnologías renovables sostenibles, que además son también económicamente rentables.
